Ley de los Cinco Elementos
La ley de los cinco
elementos se desarrolla sobre la idea de que el ser humano está constituido por
cuatro elementos cardinales, y uno central: la madera, el fuego, el metal, el
agua y la tierra. Estos elementos son semejantes a los de los alquimistas
occidentales, que también tienen su réplica en la mayoría de las civilizaciones
arcaicas como la de los griegos, los aztecas o los mayas. Cada uno de los cinco
órganos principales del ser humano está especializado en resonar a la
frecuencia vibratoria de uno de los elementos.
La energía vital es
transferida de unos órganos (o elementos) a otros en ciclos diarios y
estacionales. Según la Medicina Tradicional China, los canales por los que la
energía circula de unos órganos a otros son los meridianos de acupuntura,
manifestados en la piel en ciertos puntos que se encuentran dentro de dichos
canales o meridianos. Actuando sobre los puntos con agujas de acupuntura es
posible regular el Chi, o energía vital del organismo según los ritmos horarios
y estacionales
Partiendo de la Ley de
los Cinco Elementos se han desarrollado diferentes técnicas terapéuticas,
además de la acupuntura.
• El Chi-Kung, una
técnica similar a la gimnasia occidental suave, pero en la que se trabaja el
movimiento consciente de energía a lo largo del cuerpo.
• El Tai-Chi, derivado
de un arte marcial, que es una disciplina en la que se practica con series de
movimientos en los que la cabeza, el tronco, y cada una de las extremidades han
de ir perfectamente sincronizadas.
• El Feng Shui, o arte
de equilibrar el flujo de energía en los hogares.
TRANSFERENCIA DE ENERGIA
La enfermedad, según la
medicina oriental, no es más que el desequilibrio en la transferencia de
energía de unos órganos a otros. Cuando en un órgano se estanca la energía,
ésta no llega al siguiente y sobreviene la enfermedad. Según la física clásica,
este fenómeno de paso de energía de unas partes a otras del cuerpo no puede
explicarse debido a la característica dieléctrica –o aislante- de los tejidos
de la piel.
Según la medicina china,
existen tres tipos de energía: la Yin Chi, o energía que proviene de los alimentos;
la Wei Chi, que se forma a partir de Yin Chi y es la que permite protegerse de
la agresión de los factores patógenos; y la Jing Chi, que tiene dos fuentes,
una de ellas es la transmisión hereditaria proveniente de los padres, mediante
el código genético, y la otra fuente es la propia alimentación constituyendo la
denominada esencia adquirida que se aloja en los riñones.
La idea de transferencia
de energía de unas partes a otras del cuerpo en medicina occidental está ligada
sólo a las pequeñas cantidades de electricidad que circulan por las neuronas y
a moléculas de ATP que constituyen un almacén químico de energía.
Sin embargo los últimos
conceptos biofísicos cuánticos pueden proporcionar un entendimiento de los
mecanismos de transferencia de energía en el nivel orgánico de los seres vivos.
El depósito principal de energía libre en los procesos biológicos son los
estados excitados de electrones en sistemas de conjuntos protéicos. Cuando se
realiza trabajo físico o mental, los electrones distribuidos en las estructuras
de proteínas son transportados allí donde existe demanda de energía,
posibilitando el proceso de creación de ATP (fosforilación oxidativa), que
suministra energía para el funcionamiento de sistema donde ésta se necesita.
Los grupos de electrones
no localizados dentro de macromoléculas de proteína son la base de este
depósito de energía. El organismo forma un depósito de energía en los
electrones para momentos en que se requieran grandes recursos o un rápido flujo
energético en condiciones de consumos extremos, como por ejemplo en el deporte
profesional.
Transformación de La
Energía
La transformación de
energía en los seres vivos puede describirse del modo siguiente, según :
Los fotones solares son
absorbidos por las moléculas de clorofila, concentradas en los cloroplastos de
las plantas verdes. Al absorber la luz, los electrones de la clorofila obtienen
energía suplementaria y cambian de un estado a otro de mayor energía. Un
electrón así excitado adquiere una capacidad de vencer la repulsión
electrostática y aunque la sustancia próxima tenga un potencial electrónico más
alto que la clorofila, ésta entrega un electrón excitado a esta sustancia.
Después de la pérdida de
su electrón, la clorofila tiene una nivel libre de electrones y toma un
electrón de las moléculas circundantes. Las sustancias con electrones que
tienen menor nivel de energía respecto a los electrones de la clorofila
servirán como donantes. Así, el agua es un donante clave de electrones pues el
fotosistema oxida el agua a oxígeno molecular, tomando electrones de ella. De
este modo la atmósfera de la Tierra constantemente es enriquecida por el
oxígeno. Los electrones excitados son transferidos a lo largo de la cadena de
moléculas de proteínas, para proporcionar su energía a los procesos metabólicos
de las plantas, y de los animales cuando éstos se alimentan directa o
indirectamente de las plantas.
Posteriormente, como
consecuencia de la entrada de electrones en el dióxido de carbono, el agua,
nitratos, sulfatos y otras sustancias relativamente simples, se crean
compuestos moleculares más complejos: carbohidratos, grasas y ácidos nucleicos.
El fenómeno de transferencia intermolecular fue descubierto por J. Weiss en
1942, y el modelo cuántico-mecánico de este proceso fue desarrollado en
1952-1964 por R.S. Mulliken. Estas moléculas son las sustancias nutritivas
principales para los heterótrofos, los organismos incapaces de elaborar su
propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas. En el curso de los
procesos catabólicos (de liberación de energía), se libera la misma cantidad de
electrones que la capturada en la fotosíntesis. Los electrones liberados por el
catabolismo son transferidos al oxígeno molecular por la cadena respiratoria de
las mitocondrias. Aquí la oxidación permite la síntesis de ATP. Esto
proporciona un suministro de energía para todos los procesos de la actividad
vital en animales y seres humanos. En el lado opuesto del ciclo, las plantas
oxidan el agua convirtiéndola en oxígeno molecular, tomando electrones de ella.
Así, la atmósfera de la Tierra es constantemente enriquecida por el oxígeno.